One, two, three (Un, dos, tres), de Billy Wilder, con James Cagney.
En plena Guerra Fría, y en Berlín Occidental, un directivo de la Cocacola hace lo que haga falta para que le asciendan y trasladen a Londres. Otra obra maestra de Wilder, con un frenético ritmo y humor a tutiplén. Le da un buen puntapié al comunismo, pero el capitalismo tampoco es que salga muy bien parado. Se reparten hostias por todos lados.
De lo mejor de Wilder. Su ritmo frenético con escenas larguísimas sin cortes es maravilloso, comparable a algunas joyas de Berlanga. Magníficos secundarios, y todos los actores en general. Si acaso, repatea un poco la pareja tonta de enamorados (Romeo y Julieta actuales), pero alguien tenía que hacer esos papeles tan desagradecidos.
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