Deadpool (Porra de Muertos), de Tim Miller, con Ryan Reynolds y Morena Baccarin.
Un ex-combatiente macarra, zumbado y socarrón, que sobrevive como asesino a sueldo, sufre un revés inesperado de la vida cuando le diagnostican cáncer y una misteriosa sociedad se ofrece a curárselo.
Es un misterio que Hollywood haya sido capaz de llevar a imágenes semejante personaje de cómic. No me dio tiempo de entender todos los chascarrillos, que se sucedían sin orden, concierto, ni decencia. Desde los no-títulos de crédito, todo es una ristra de sinsentidos muy del gusto de los fans comiqueros, que dejará extrañadísimos a los que no tengan ni idea de qué tienen que ver McAvoy y Stewart, por ejemplo. Producto de su tiempo, divertido y disfrutable.